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Recortes de  palabras... 

En este pequeño espacio, procedo a dejar algunas notas del viaje. El objetivo de Recorte de Palabras es plasmar en esta hoja digital grafos, frases de libros, fotos, textos cortos, e, incluso, puntos suspensivos. Un Diario de Campo tal vez diferente 

Una vez en el Auditorio Pio XII pregunté si era posible hacer un Diario de Campo de esta naturaleza. El profesor, muy diligente, dijo al público, "En la Práctica en Contextos Diversos simpre estamos abiertos a recibir propuestas de Diarios de Campo. Ustedes como estudiantes lo pueden realizar como les guste. No hay una norma que diga cómo se debe de entregar (...)". 

Seamos sinceros. Nos gusta escribir y leer, y des-ahogarnos a tráves de la escritura y la lectura. Soy consciente que esto, de un Diario de Campo "de recortes", no es nada nuevo. Aquí no estoy inventando. Mi misión es escribir... y escribir, en este sentido, a cerca de un viaje emplazado en un salón del bloque 9 con varios errantes del mundo.

No siendo más, a continuación una pequeña tragicomedia griega contada a lo paisa.   

¿Prologo?

Así se ve la (A)Normal Superior Antioqueña 

La educación debería ser contada desde estos nichos, no desde lo internacionales. Esto es, pues, la ley, el público, sus administración y su profesorado fueron lo que enseñaron hasta con las uñas. Los que formaron a miles de maestros quienes fueron los guías de los maestros que nos enseñaron a nosotros. Todos en las facultades vemos el mundo europeo, mas no nos centramos en esas señoras, matronas de la educación, que se quitaron la sonrisa para hacernos sonreír; se “bajaron” de su familia para tenerlas, a ellas, como mamás sustitutas; nunca se vistieron como mujeres para enseñarnos a cómo vestir de forma apropiada. Ellas, las profes o maestras, se dieron a la causa. A mejorar a impartir esa educación de la que nuestros abuelos tanto hablan, de la que nuestros padres recuerdan con cierta acidez, y de la que nosotros, infortunadamente, no sabemos. Es, por tanto, como le pagamos a ellas en las facultades. Las dejamos en el olvido en su polvo elemental. Las dejamos en el museo, en su propio “Covadonga”. párrafo. Haz clic aquí para agregar tu propio texto y edítame. Es muy sencillo.

La Luz al final de la Rue Morgue  

Al final de una calle de funerarias se encuentre la única llama que no quema cuerpos, sino calienta los corazones y las afujías ulteriores. En el último pedacito de tierra sin olor a formol, se asienta tal cual monumento al siglo XXI. Allí, en sus enconcretados pisos, se encuentra esa posibilidad de habitar para la eternidad, de ser lo que somos y de gritar que no me avergüenzo de estar vivo. El parque, el concreto tiznado de grama, le abre las puertas a todas las almas que permanecen en sus cuerpos. C'est comme ça mes amis.

Y ¿Qué pasó con la Casa? 

Soy un párrafo. Haz clic aquí para agregar tu propio texto y edítame. Es muy sencillo.

Escribo porque no tengo memoria. Es mejor tomar notas, así sean con sangre, para recordar lo que fui, lo que no soy, y lo que padezco.

Ya somos el  olvido que serémos...

Ya somos el olvido que seremos.

El polvo elemental que nos ignora

y que fue el rojo Adán y que es ahora

todos los hombres, y que no veremos.

 

Ya somos en la tumba las dos fechas

del principio y el término. La caja,

la obscena corrupción y la mortaja,

los triunfos de la muerte, y las endechas.


No soy el insensato que se aferra

al mágico sonido de su nombre.

Pienso con esperanza en aquel hombre

 

que no sabrá que fui sobre la tierra.

Bajo el indiferente azul del cielo,

esta meditación es un consuelo.

 

Jorge Luis Borges

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